Ruinas minóicas y griegas en el Peloponeso

La ruta propuesta no abarca todo lo que Grecia nos ofrece y, según sean tus intereses, puedes combinar mis sugerencias con paradas en algunas pequeñas calas de la costa y otros yacimientos arqueológicos. Si no vas en viaje organizado para conocer la zona de verdad, la mejor opción es alquilar un coche en Atenas.

El canal de Corinto

Saliendo en dirección al Peloponeso, la primera parada sería en el Diolkos (siglo VII a.n.e.), una calzada para el transporte de barcos que les evitaba navegar rodeando toda la península, y el canal de Corinto que separa la península del continente (XIX, aunque hubo un intento precedente durante el siglo I). Existie la posibilidad de visitar, en las cercanías, ruinas de época greco-romana en Corinto (Κόρινθος), el santuario de Hera o el templo de Poseidon en Istmia.

Gradas y orchestra del teatro de Epidauro

Siguiendo por las estrechas carreteras de la costa hacia el sur, llegamos a lo que fuera el santuario de Asclepio, en el que se combinaban funciones religiosas con la práctica de la medicina, y el teatro de Epidauro (siglo IV a.n.e.) uno de los mejor conservados y con muy buena acústica. Podemos visitar un pequeño museo, donde destaca uno de los más bellos capiteles corintios jamás encontrados.

La ciudad de Nauplia (Ναύπλιο) es un buen lugar donde pasar la tarde, paseando por su puerto, las murallas del castillo Acronauplia (siglos XIII-XVII) o subir a la fortaleza veneciana de Palamidi (XVII) que protegían la ciudad. Aprovecha y haz noche aquí.

Puerta de los Leones en Micenas

La visita a Micenas (XVII-XII a.n.e.) te descubrirán un rico y poderoso pueblo anterior a la Grecia clásica, destacando en el recinto la Puerta de los Leones, las murallas y tumbas. Aunque cuenta con un pequeño museo, las mejores piezas encontradas en las excavaciones están depositadas en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Para hacer el recorrido en verano es recomendable madrugar, pues se encuentran en un secarral. Para profundizar en la cultura micénica puedes visitar la cercana Tirinto.

Palestra del yacimiento arqueológico de Olimpia

Estadio de Olimpia

Si no decidides continuar hacia otros destinos (Mitra, Esparta...) ahora tienes que atravesar la península para hacer noche cerca de Olimpia. El yacimiento arqueológico muestra la importancia religiosa y ceremonial del lugar del siglo VIII a.n.e. hasta el final del Imperio romano: templos (Hereon dedicado a la diosa Hera, Zeus) e instalaciones deportivas (palestra, gimnasio, estadio, baños...). Con todo lo que hemos oído hablar del lugar, puede que te sientas defraudado por lo poco que se conserva, así que desecha esos sentimientos y disfruta haciéndote una idea de lo que fue.

El museo tiene los frontones del templo de Zeus y otras escultura y piezas de gran calidad.

Desde Patras se puede montar en transbordadores con destino a las islas Jónicas (Cefalonia, Corfú... ). Si quieres volver a la Grecia continental, tienes la posibilidad de cruzar por el puente Río-Antirio, uno de los mayores del mundo (algo caro) o utilizar un transbordador y, después, hacer camino por la costa ascendiendo hacia Delfos. Haz alguna parada para ver los mares de olivos que se ven desde algunos puntos.

Tholos en el santuario de Atenea de Delfos

Delfos y su oráculo, fue otro destacado centro religioso griego dedicado a Apolo (siglos IV a.n.e. hasta la prohibición de los cultos paganos en el IV de n.e.). Numerosas destrucciones y saqueos se han sucedido en el tiempo, pero aún son visibles restos de templos y los Tesoros (erigidos por las polis griegas). Merece la pena ascender por encima del teatro, hasta el Estadio. El lugar cuenta con otro interesante museo.

Desde aquí puedes buscar carreteras hacia el norte, a la ciudad de Kalambaka, y visitar los monasterios de Meteora encaramados en acantilados. En cualquier caso, al volver hacia Atenas los nostálgicos de la historia siempre pueden desviarse un poco de la carretera principal y visitar el paso de las Termópilas.